Ese es el mensaje que acompaña la edición 98 del Tour de Francia, y en parte debemos tener algo de locos al acompañar durante tres semanas, 198 corredores que toman la salida y seguir cada uno a su manera, además la participación de 27 naciones entre ellas Colombia que tiene en Leonardo Duque y Rigoberto Urán a sus dos únicos representantes.
El Tour se escribe rápido pero el viaje por su geografía es lento, son más de 3400 kilómetros y en ésta oportunidad va de occidente a oriente, partiendo en la región de la Vendé y que luego de 21 jornadas termina en los campos elíseos con el arco del triunfo como marco para los tres primeros del podio.
Es muy posible que ese toque de locura colectiva se vea a cada kilómetro del Tour, esos estoicos hombres, mujeres y niños que viajan entre una y seis horas o más, para colocarse en la ruta de la competencia y esperar por horas el paso de un grupo raudo y que a veces, muchas veces no tiene siquiera una mirada de agradecimiento.
Pero ad portas de las jornadas montañosas de los Alpes el tour vivirá todo lo que los “locos” por el ciclismo y en esos me incluyo, quiere expresar: apoyar a rabiar uno a uno los corredores que arañan las cuestas francesas, gritan, se agitan, se empujan y entre todos llevan en una nube de pasión desaforada a cada corredor que sufre para llegar a la meta.
No en vano, podemos encontrar en la meta medios de comunicación de diferentes países y culturas, a veces lenguas tan variopintas que uno no sabe sí está en una carrera de ciclismo o en una reunión de la ONU, que llega a la TV de 167 países incluido Colombia, además las caras, los gestos, las emociones son diferentes, pero esa locura llamada ciclismo nos deja como al principio, unos niños corriendo tras el más bello artilugio que el hombre ha podido construir.
Seguimos el ciclismo por pasión y sus protagonistas, como los gladiadores romanos han cambiado de escenario para poner ahora a la carretera como juez, que como ha sido en éstas 15 jornadas muy exigentes, para varios de los mejores corredores del mundo y claro con opción al título que ostenta el Español Alberto Contador.
El Tour entra en su parte definitoria y los “locos” por el tour seguimos la saga de estos hombres y sus hazañas, todo a punta de fuerza y de mucho tesón, sorteando todas las dificultades que coloca la carretera, el clima y sus rivales, para coronarse como los mejores en cada una de las modalidades que premia el Tour, entre ellas la del mejor joven que porta nuestro compatriota Rigoberto Urán.
Que viva el Tour y ésta hermosa locura llamada ciclismo.
Foto © Luis Barbosa
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